Coco Chanel ya lo decía: “La simplicidad es la clave de la verdadera elegancia” y la casa de Belén Hostalet es la prueba de ello. ¿Su secreto? Combinar materiales nobles como la madera, las fibras y el lino. Todo, en tonos claros: crudo, blanco y arena, una gama cromática suave y muy luminosa. Y es que la luz también es muy importante para conseguir un aire natural, y no se logra solo con el color. También con piezas ligeras como las sillas, la butaca y las lámparas, que dejan pasar la luz a través de sus fibras trenzadas. O como el pequeño aparador o el sofá, ligerísimo con su respaldo bajo y sin brazos. Y por supuesto con el espejo y los detalles en cristal transparente. Tanta claridad regala amplitud y calma, y el diseño de los muebles, de un estilo minimal muy chic, las potencia. Un salón sencillo pero a la vez acogedor gracias también a la mezcla de textiles dulces y mullidos. Un placer para los sentidos.