¡Qué comedor tan elegante! El esquema de color elegido –negros, grises y cremas– consigue este aire sereno y de altura. Pero también ayudan las formas redondeadas: la mesa, los respaldos de las sillas, el carrito auxiliar, el puf, la peana, los distintos detalles como el espejo, los jarrones o las lámparas… Y cómo no, los textiles de terciopelo y lino, la vajilla de loza y la cristalería de vidrio transparente, que acaban de dar forma a este estilo tan sobrio y tan chic a la vez.