Si quieres que tu dormitorio respire frescura, naturalidad y se vea luminoso y acogedor a la vez, apuesta por la ropa de cama adecuada. Los textiles como el lino y la lana son ideales para sábanas y mantas; el terciopelo, para los cojines, y los materiales sedosos, para la alfombra. ¿En qué colores? Suaves, en eso no hay discusión. Blanco, beige grisáceo y rosados, son nuestra elección. En una cama así, sentirás que vuelas.