Después de un día agotador las mecedoras recuerdan inmediatamente al ambiente familiar, el calor, los momentos de absoluta relajación frente a la chimenea con una manta en las piernas leyendo el periódico o bebiendo un vigorizante té de hierbas. Momentos de tranquilidad que nunca deberían faltar en una vida hiperactiva como la contemporánea.
Pero, ¿qué es lo que hace que la silla mecedora sea tan especial, que nos permite relajarnos y sentirnos bien? Probablemente estos sentimientos se derivan del hecho de que este es uno de los primeros movimientos que experimentamos al principio de nuestras vidas, ya desde la cuna, y, por lo tanto, esta percepción se ha asentado en nosotros haciéndonos volver a la niñez cada vez que nos mecemos. No importa qué modelo decidas comprar, cada una tiene sus propias particularidades y su propio valor.
Dicen que el balanceo que se da en un sillón mecedora transmite una sensación de bienestar similar al que experimentamos de pequeños en la cuna. Porque nunca hemos descansado tan bien como en una cuna. Poder sentarse en una mecedora con reposapiés mientras te tomas un buen café y balancearte ligeramente es todo un placer.
Estas son un buen complemento en muchas partes de la casa. Su sitio preferencial es el salón, desde donde podrás relajarte mientras hablas con tu pareja o familia. Pero también puedes colocar tu mecedora en el dormitorio. Si es suficientemente grande, ¿porque no habilitar un espacio de lectura, mirando a la ventana y recibiendo el sol a raudales?
Precisamente, si lo que quieres es disfrutar también del sol y el aire, lo mejor es que sitúes tu mecedora en el jardín o la terraza que tengas. Al lado, una mesita de jardín y un refresco fresquito para los días más calurosos. ¡Un planazo! Eso sí, ten en cuenta que si vas a comprar una para el exterior esta deberá estar tratada con pintura resistente a los agentes atmosféricos para que no se te rompa o se desgaste con facilidad.
No tienen que estar colocadas en el salón. Son tan cómodas y bonitas de ver que se pueden colocar en cualquier habitación de tu casa. Colócalas en el porche recreando un rincón dedicado a la lectura y al relax o, si lo prefieres, úsalas para animar el dormitorio.
Algunos modelos son tratados con pinturas especiales resistentes al ataque de los agentes atmosféricos. Son ideales para sentarse en el jardín o en la terraza: son un gran compañero para disfrutar de la brisa de la noche mientras te tomas un aperitivo.
El estereotipo de la mecedora es el clásico que se ha descrito hasta ahora, muy antiguo: madera o mimbre y colores cálidos. Pero también es un elemento de diseño que no sólo te arrulla, sino que también embellece tus espacios y se reinterpreta con ideas más actuales.
Situada junto a una lámpara de pie minimalista, un modelo más moderno da vida a un momento de absoluto descanso sin despreciar un enfoque estético contemporáneo: un rincón dedicado sólo a ti, a escuchar buena música o simplemente a pensar. Un espacio especial para la serenidad y la calma.
Y cuando se piensa en estilos más modernos, la asociación con el diseño es inmediata. ¿Has amueblado tu salón con líneas contemporáneas y estás buscando ideas para llenar ese rincón vacío? Elige una de diseño: encuentra el color que más te convenza y da un toque de alegría y vitalidad al salón de tu casa. A continuación, combina la mecedora de diseño con el sillón de sillón minimalista de la habitación.
Cabe destacar que hay todo tipo de ellas. La clásica mecedora antigua de mimbre y madera, clásico complemento vintage, no es el único prototipo que existe. Actualmente existen mecedoras modernas que son sillones con arcos para balancearse. Con tapizados de terciopelo, con unos cojines donde nos amoldamos perfectamente y con los colores más elegantes.
En este catálogo encontrarás todo tipo de mecedoras de estilo. Mecedoras de lactancia sin y con reposapiés hasta sillones orejeros de tipo industrial. Si aun no te convences te damos unos consejos a la hora de decidir lo que quieres:
En WestwingNow podrás encontrar mecedoras online para todos los gustos: modernas, clásicas o nórdicas. ¡Descubre las ventajas de cada una de ellas!